Cuando se habla de escribir, siempre se habla de oficio, nunca carrera, nunca profesión. Oficio como el que se entrega a un material brusco para desgastarlo y hacer de él una silla, una camisa o un poema. Carpintería nos devuelve al aroma del oficio, al dejo de madera recién cortada y herramienta. Mirada a ese momento en que las cosas empiezan a podrirse, lugar para inventar un verbo o para decir beso y pensar la sed y el agua. Esteban os regala un primer libro como el que da a luz su primera mesa, es decir objeto elaborado por mi mano a prueba y error.
Reseña de Felipe Granados en revista SoHo 
