Daniel Mondragón Victory, un joven hemofílico y vecino del barrio Amón de los años cincuentas, se da a la tarea de hallar noticias de su padre, ya muerto. Sabe que éste ha escrito una novela, la cual quedó inédita en manos de algún amigo de parrandas de su incorregible progenitor. Se lanza a la búsqueda de la obra para saber de su padre, la encuentra, la lee. Y entonces todo comienza a cambiar en su cerrado mundo, amén de una curiosa aventura policial en la que se ve envuelto. Y gracias a una hábil composición narrativa, el lector de Después de la luz roja también va leyendo la novela escrita por el padre de Daniel, la cual se intercala en el relato del muchacho, en un contrapunto de lecturas donde se observan y se conocen padre e hijo. El lenguaje de Zaldívar esta vez es bastante más audaz y mucho menos compasivo para narrar o describir las debilidades humanas, especialmente las de la carne. Inserta esta novela en la tendencia actual de recrear una imagen de la sociedad decadente y desesperanzada, presenta por igual personajes tan singulares como extravagantes.
Fragmento de la reseña de Juan Durán Luzio en periódico La Nación
