Es un libro de particular importancia, no sólo como valiosa contribución a un medio aún carente de suficientes publicaciones en el ámbito de las artes visuales, sino por la línea de pensamiento que articula la serie: asumir claramente que la lectura y la interpretación del arte no es un asunto absoluto sino que está cargado de la mirada y el bagaje cultural de quien lo realiza. Es un ensayo sobre la producción costarricense de estos últimos años, que parte de su subjetividad, sin pretender una visión totalizadora. A partir de la estructura de las constelaciones, de conjuntos temáticos de obras o artistas, y desde su propia percepción, la autora analiza un sistema interconectado y abierto de posibilidades expresivas. Además, la claridad y justeza que caracterizan los escritos de Tamara Díaz, hacen de este ensayo una lectura fluida y agradable, despojada de pretensiones librescas y más bien puntualizada con apreciaciones personales y sobre todo, de interrogantes, de "cabos sueltos" para beneficio del lector sensible y curioso, que además contribuyen a abrir el debate. Se incluyen además, cortos textos de los artistas reseñados, lo que enriquece la publicación, pues a menudo, los artistas y los críticos miran la obra de puntos de vista diferentes: esta estructura permite un cruce de miradas, una interna, desde el proceso creativo personal, y otra externa, a partir del resultado final.
Fragmento de la reseña de Virginia Pérez-Ratton en revista Áncora