Lo primero que salta a la vista en este primer libro de relatos de Carlos Alvarado es su inclinación por la elucubración. Las ideas habitan estos relatos como escuetos comentarios o incluso, a veces, como motivación de las acciones de los personajes. En algunos cuentos, como en el caso de Episto encarcelado, las ideas son todo el cuento y engendran la trama. Algunos de los cuentos, como El problema de llamarse Carlos Alvarado o El hombre desmembrado son en realidad ensayos o fragmentos de ensayos más que cuentos, mientras que otros como El Orfanato Imaginario o Tela que arrulla son más propiamente cuentos, uno realista, el otro fantástico, que se circunscriben a la relación de una historia.
Fragmento de la reseña de Juan Murillo en el blog 100 Palabras por Minuto
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