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MARZO TODOPODEROSO (2003). Catalina Murillo. ISBN: 9968-834-521

Marzo todopoderoso trata sobre una muchacha que recién inicia sus estudios de Comunicación Colectiva en la U.C.R. y tras enfrentarse a los exámenes de fin de curso se da un respiro en un bar de la Calle Cáustica. Ahí conoce a un grupo de cuarentones que son la fauna habitual de los bares que bordean esa calle y a quienes les dice, después de deliberarlo un poco, que su nombre es Azul. Ya en ese gesto se atisba la renuencia a entregarse a los demás que será el centro de la novela. De los estereotipos que representan estos hombres se podría decir mucho, en particular del poeta envejecido y mujeriego que representa Arabesco; hombres que frecuentan esos bares como los náufragos de islas desiertas la playa, a cualquier hora, cualquier día, mientras los “esclavos” trabajan. La novela se centra, sin embargo, en uno de ellos, Lota, huérfano de familia de dinero caída en la ruina que ahora se dedica la artesanía y al esporádico trafico de drogas en pequeña escala. Lota es, o mejor dicho, fue un “jovencito broncíneo y bestial”, “un huracán de dientes, ojos, melena, nariz; un guerrero vikingo”, hombre de pelo en pecho, gran bigote y estruendosa risa en estacato que cumple la función de representar la masculinidad física en la novela y a quien Azul escoge como su pareja en esa primera borrachera que se pegan juntos. Decir que lo escoge como pareja, sin embargo, no implica que la relación se llegue a consumar sexualmente. La trama gira, precisamente, alrededor de los intentos, primero seductores, luego molestos, finalmente desesperados de Lota por lograr que Azul haga el amor con él.
Fragmento de la reseña de Juan Murillo en el blog El Arte de la Mentira
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