Los cuentos de Jorge son producto de dos emociones muy profundas: el apego amoroso a las cosas de la tierra y el ambiente, y el buen consejo de la distancia. Narraciones, historias, estampas, de todo hay en la obra de Jorge, entretejido en una tela de colores amables, brillantes, iluminados por la sana ironía, esa que tanta falta le hacía a una literautra como la nuestra, tan cargada de angustias y amarguras acumuladas. Haciendo uso de estructuras muy armoniosas y versátiles, con un dominio espléndido del idioma y una rica amenidad, el autor nos entrega su imagen de El Salvador y de la gente, en una permanente lección de fantasí bien articulada y testimonio directo de la realidad. Ambientes, personajes y sucesos van de la mano, mostrándonos los cuadros del país, como en una galería de imágenes en movimiento. Lo que hemos sido y lo que somos está ahí, puesto a punto por la mano diestra de un narrador impecable y experto.
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Los cuentos de Jorge son producto de dos emociones muy profundas: el apego amoroso a las cosas de la tierra y el ambiente, y el buen consejo de la distancia. Narraciones, historias, estampas, de todo hay en la obra de Jorge, entretejido en una tela de colores amables, brillantes, iluminados por la sana ironía, esa que tanta falta le hacía a una literautra como la nuestra, tan cargada de angustias y amarguras acumuladas. Haciendo uso de estructuras muy armoniosas y versátiles, con un dominio espléndido del idioma y una rica amenidad, el autor nos entrega su imagen de El Salvador y de la gente, en una permanente lección de fantasí bien articulada y testimonio directo de la realidad. Ambientes, personajes y sucesos van de la mano, mostrándonos los cuadros del país, como en una galería de imágenes en movimiento. Lo que hemos sido y lo que somos está ahí, puesto a punto por la mano diestra de un narrador impecable y experto.
